La gestión de una empresa implica una serie de decisiones estratégicas que determinan no solo su operación diaria, sino también su capacidad para generar valor a largo plazo. Una de estas decisiones clave es cómo y cuándo los dueños deben retirar beneficios del negocio.
Extraer ganancias puede ser una forma legítima y merecida de recompensarse por el tiempo, esfuerzo y recursos invertidos, así como por el riesgo asumido al emprender. Sin embargo, esta decisión no debe tomarse a la ligera, ya que retirar beneficios de manera prematura, desproporcionada o sin una planificación adecuada puede poner en peligro la sostenibilidad del negocio, su capacidad de crecimiento futuro e incluso su estabilidad operativa.
En muchos casos, los empresarios se enfrentan a un dilema:
¿es el momento adecuado para disfrutar de los frutos del negocio o sería más prudente reinvertir las utilidades para impulsar el crecimiento?
Esta disyuntiva puede ser aún más crítica en las etapas iniciales de un proyecto, cuando los ingresos aún no son consistentes y los recursos suelen ser más limitados.
Etapas de madurez de una empresa
La capacidad de extraer beneficios de una empresa está estrechamente ligada a la etapa de desarrollo en la que se encuentre el negocio. En términos generales, un negocio pasa por cuatro etapas principales:
I – Inicio
Durante la etapa de inicio, los recursos suelen destinarse casi exclusivamente al establecimiento de operaciones, desarrollo de productos y penetración de mercado, lo que hace que retirar beneficios sea imprudente o incluso inviable.
II – Crecimiento
En la etapa de crecimiento, el negocio comienza a generar mayores ingresos y utilidades, pero estos se reinvierten en su mayoría para expandir la capacidad operativa, alcanzar nuevos mercados o consolidar su posición en el sector.
III – Madurez
Es en la etapa de madurez cuando las empresas alcanzan un punto de estabilidad financiera y operativa. En esta fase, los ingresos se vuelven más predecibles, los costos suelen estar optimizados y la necesidad de reinversión disminuye, permitiendo a los dueños considerar la extracción de beneficios sin comprometer la sostenibilidad del negocio. Sin embargo, antes de proceder, es esencial realizar una evaluación de la liquidez y del flujo de efectivo.
Esto implica asegurarse de que la empresa cuente con suficientes recursos líquidos para cubrir sus responsabilidades a corto plazo, como deudas, impuestos y costos operativos. Un análisis detallado del flujo de caja permitirá determinar si existen excedentes disponibles sin poner en riesgo las operaciones.
Además, en esta etapa, los dueños deben priorizar el cumplimiento de obligaciones financieras antes de considerar la extracción de beneficios. Esto incluye garantizar que todos los compromisos económicos estén atendidos, evitando que la retirada de recursos afecte la estabilidad del negocio. Sólo cuando estas condiciones se cumplen, es posible equilibrar de manera responsable la distribución de beneficios con la reinversión, asegurando así la sostenibilidad y el éxito a largo plazo de la empresa.
IV – Renovación
Por último, en la etapa de declive o renovación, los beneficios pueden disminuir debido a factores como cambios en la demanda, la entrada de nuevos competidores o la obsolescencia del modelo de negocio. Aquí, la prioridad se centra en la renovación estratégica para garantizar la continuidad del negocio.
¿Cómo los empresarios extraen beneficios hoy en día?
- Sueldos y bonos: En muchas empresas, los dueños que tienen roles activos en la gestión suelen asignarse sueldos y bonos como una forma de obtener ingresos personales. Esta práctica les permite recibir una compensación justa por su trabajo en la empresa mientras aseguran que parte de las utilidades se reinviertan en el negocio para garantizar su crecimiento y estabilidad.
- Dividendos en empresas públicas: Los dividendos suelen distribuirse cuando una empresa ha alcanzado la etapa de madurez, momento en el cual sus ingresos son estables y predecibles, y la necesidad de reinversión se reduce significativamente. En esta fase, la empresa ha logrado optimizar sus costos, consolidar su posición en el mercado y generar flujos de efectivo consistentes. Esto permite a los dueños y accionistas retirar parte de las utilidades sin comprometer el crecimiento o la operación del negocio. Un ejemplo es la empresa de Apple. En esta empresa, encontramos accionistas como Tim Cook, quien, además de desempeñarse como CEO, posee acciones de la compañía, lo que le permite recibir dividendos junto con su salario.
- Venta de participación accionaria: Una estrategia común utilizada por los dueños de negocios para extraer beneficios significativos sin abandonar por completo el control del negocio es la venta de una parte de su participación accionaria. Este método permite a los propietarios monetizar parte del valor acumulado en la empresa y, al mismo tiempo, seguir participando en su operación y crecimiento. Es especialmente útil para diversificar las fuentes de ingresos personales o financiar otros proyectos, mientras se conserva una posición estratégica dentro de la compañía. Un ejemplo es Elon Musk (Tesla y SpaceX), quien ha vendido pequeñas porciones de su participación accionaria en Tesla. Esto le ha permitido financiar otros proyectos ambiciosos como SpaceX sin comprometer su control ni su influencia dentro de Tesla.
Retirar beneficios de una empresa puede ser una decisión gratificante, pero requiere planificación y evaluación cuidadosa. La clave es garantizar que la extracción no comprometa la estabilidad operativa ni las oportunidades de crecimiento de la empresa. Los dueños deben priorizar la sostenibilidad y la salud financiera del negocio, reinvirtiendo estratégicamente en las etapas iniciales y retirando beneficios únicamente cuando las condiciones financieras lo permitan.