La Tasa Interna de Retorno (TIR) es una herramienta clave en el mundo de las inversiones, ya que permite responder una pregunta crucial: ¿es rentable este proyecto?

A lo largo de este #SilverTalk veremos qué es la TIR, por qué es una métrica valiosa para evaluar alternativas de inversión y cómo usarla para tomar decisiones informadas de forma práctica.

¿Qué es la TIR?

La TIR representa la tasa de rendimiento anual promedio que genera una inversión durante su vida útil. En términos sencillos, se trata de la tasa de descuento que hace que el valor presente neto (VPN) de los flujos de efectivo de un proyecto sea igual a cero. Esto significa que la TIR identifica el «punto de equilibrio» en términos de rentabilidad para el proyecto.

Para un inversionista, la TIR es una métrica de gran valor porque indica la rentabilidad potencial de una inversión. Si esta tasa es superior a la tasa mínima de retorno requerida (o costo de capital), entonces el proyecto es, en teoría, rentable.

¿Por qué es importante la TIR?

La TIR ayuda a los inversionistas a comparar diferentes oportunidades de inversión y a priorizar aquellas que ofrezcan mayores rendimientos. También es útil cuando se evalúan proyectos de naturaleza diversa, como construir un nuevo edificio, desarrollar un software o lanzar una línea de productos. Para ilustrar, un proyecto con una TIR del 15% podría ser preferible sobre otro con una TIR del 10%, siempre y cuando ambos tengan riesgos y plazos similares.

Asimismo, la TIR es fundamental porque ayuda a los inversionistas a visualizar, de manera práctica, qué tan rentable puede ser un proyecto en relación con el tiempo. A diferencia de otros indicadores, la TIR brinda una perspectiva en términos de una tasa porcentual, lo que permite comparar rápidamente distintas oportunidades, independientemente de sus montos iniciales o duración.

La TIR también es crucial para el cálculo del costo de oportunidad, que es el beneficio que se pierde al elegir una opción de inversión sobre otra. Si un proyecto ofrece una TIR que supera la tasa de rendimiento mínima que una empresa espera de sus proyectos (costo de capital), se considera aceptable o viable. Sin embargo, si no alcanza ese umbral, el proyecto puede no ser tan competitivo frente a otras inversiones. De este modo, la TIR se convierte en una herramienta poderosa no solo para aceptar o rechazar proyectos, sino también para optimizar portafolios de inversión.

Ejemplo práctico

Imaginemos un proyecto de inversión en el cual se destinan $200,000 con la expectativa de generar $90,000 anualmente durante 3 años. Al calcular la TIR, obtenemos aproximadamente un 17%. Esto quiere decir que la rentabilidad anual esperada de este proyecto es del 17%. Si esta tasa supera la tasa de rendimiento mínima que deseamos para nuestras inversiones, digamos un 12%, entonces el proyecto es rentable.

Pero si otro proyecto presenta una TIR del 20% con un riesgo similar, podríamos considerar la segunda opción, ya que ofrece un rendimiento esperado más alto.

Limitaciones

Si bien la TIR es una métrica útil, se recomienda utilizarla en conjunto con otros indicadores financieros para obtener una visión integral del proyecto. La TIR por sí sola puede resultar insuficiente en ciertos casos debido a las siguientes limitaciones:

  1. Asume una tasa de reinversión constante: La TIR parte de la premisa de que todos los flujos de efectivo generados por el proyecto serán reinvertidos a la misma tasa, es decir, a la propia TIR. Sin embargo, en la práctica, esto puede no ser realista, ya que las condiciones del mercado pueden variar, y no siempre es posible reinvertir esos flujos a una tasa constante o tan alta como la TIR calculada. En este sentido, combinar la TIR con el Valor Presente Neto (VPN) ayuda a obtener una visión más realista de cuánto valor añadido se espera del proyecto.
  2. No toma en cuenta el tamaño absoluto de la inversión: Un proyecto con una TIR alta no necesariamente será el más rentable en términos absolutos. Por ejemplo, una inversión de menor monto inicial con una TIR alta puede parecer atractiva, pero otro proyecto de mayor envergadura, aunque con una TIR moderada, podría generar mayores flujos de efectivo en términos absolutos. Aquí, el VPN juega nuevamente un papel esencial al mostrar el valor en términos monetarios que aporta cada proyecto.
  3. Sensibilidad al flujo de caja : La TIR puede ser sensible a pequeñas variaciones en los flujos de efectivo, especialmente en proyectos largos o con flujos de efectivo volátiles. El VPN y el Período de Recuperación ofrecen una mayor estabilidad en estos casos y pueden ayudar a verificar la solidez de la TIR calculada. El Período de Recuperación, en particular, permite analizar en qué momento se recuperará la inversión, proporcionando claridad sobre el tiempo que se tardará en recuperar el capital inicial.

Conclusión

La Tasa Interna de Retorno es una métrica invaluable para evaluar y comparar proyectos de inversión, ya que ofrece una medida clara de la rentabilidad esperada. Asimismo, la TIR proporciona una evaluación financiera completa, asegurando que cada proyecto seleccionado sea rentable y alineado con la estrategia de crecimiento de la empresa. Al comprender cómo se calcula y cuáles son sus limitaciones, se puede utilizar para tomar decisiones de inversión más informadas y, en última instancia, maximizar la rentabilidad del portafolio.