La evaluación de proyectos de inversión es una herramienta esencial para las empresas y los inversionistas en la toma de decisiones financieras. Los proyectos, de manera general, implican desembolsos de capital para generar beneficios futuros y, por lo tanto, requieren un análisis minucioso antes de comprometer recursos financieros.

La selección de proyectos de inversión adecuados tiene un impacto significativo en la rentabilidad y el crecimiento de las organizaciones, así como en la eficiencia asignativa de los recursos financieros. En este #SilverTalks exploramos la importancia de la evaluación de proyectos de inversión y su estrecha relación con las decisiones financieras.

¿En qué consiste una evaluación de proyectos?

Una evaluación de proyectos de inversión es un proceso sistemático y detallado que se lleva a cabo para analizar y valorar la viabilidad y rentabilidad de una inversión específica antes de comprometer recursos financieros en ella.

Esta evaluación implica una revisión exhaustiva de todos los aspectos relevantes del proyecto para determinar su factibilidad:

  • Financiera
  • Técnica
  • Económica
  • Ambiental
  • Social

Paso por paso

Para desarrollar una correcta evaluación, se deben seguir los siguientes pasos:

I – Definir el proyecto de inversión:

Para evaluar correctamente, primero se debe tener definido el proyecto que se va a analizar. Esto requiere haber identificado la oportunidad que se va a aprovechar en el mercado. Esto puede surgir de cambios en el mismo, necesidades insatisfechas, entre otros factores.

II – Desarrollar un estudio de mercado:

Después de haber elegido el proyecto a evaluar, es clave medir la demanda potencial, los beneficios que pueden surgir, entender la competencia, y demás métricas comerciales que se deben tomar en cuenta a la hora de evaluar un proyecto.

Esto también va de la mano con conocer al público objetivo al cual te deseas dirigir. Al desarrollar un estudio de mercado, es importante crear ciertos análisis o estudios como el FODA y el PESTEL para poder conocer los factores que afectan al proyecto.

III – Análisis financiero:

Luego de haber comprendido el aspecto mercadológico y que ya tengamos el proyecto definido a evaluar, es hora de pasar al análisis financiero.  Este análisis consiste en desarrollar un modelo financiero junto con la estructura de ingresos, costos y gastos del proyecto para así, a través del flujo de caja estimado, poder determinar los indicadores más comunes explicados debajo:

  • Valor Actual Neto (VAN): Esta evalúa la rentabilidad del proyecto descontando los flujos de efectivo futuros al valor presente y restando la inversión inicial. Un proyecto con VAN positivo es financieramente favorable.
  • Tasa Interna de Retorno (TIR): Es la tasa de retorno a la cual el VAN se iguala a cero, lo que indica el rendimiento esperado del proyecto. Esta se acepta si es mayor a la tasa de descuento requerida.
  • Período de Recuperación (PR): Mide el tiempo necesario para recuperar la inversión inicial a través de los flujos de efectivo generados por el proyecto.

IV – Evaluación de resultados y proyecciones:

Después de haber definido el proyecto a evaluar y desarrollado tanto el análisis técnico como el de mercado, pues toca comparar los datos obtenidos con las expectativas originales del proyecto.

Aquí se formulan preguntas tales como ¿Son los objetivos de ingresos congruentes con la inversión inicial? ¿Es rentable o no? etc. Los resultados obtenidos deben alinearse con las expectativas deseadas. Todo esto es necesario antes de seguir con la implementación.

En conclusión

La evaluación de proyectos de inversión es un proceso esencial para la toma de decisiones. Esta permite a las entidades identificar las mejores oportunidades de inversión, mitigar riesgos, y alinear los recursos disponibles o proyectados con los objetivos comerciales. Por eso, es vital estar acompañado de asesores financieros estratégicos que te apoyen a entregar ese valor agregado al mercado.